lunes, 21 de julio de 2008

Una cómoda biblioteca en su PC


DESDE HACE ALGUNOS MESES VARÍO MIS MODOS DE LECTURA: en virtud de que la vida de la Ciudad de México implica condiciones poco propicias para leer, uno debe enviciarse como lo hacen ahora los fumadores: buscando resquicios a la ley, a los espacios, o incluso trasgrediendo de puntitas alguna delgada línea entre lo permitido y lo prohibido.

Así, debo confesar sin ambages que soy de esas personas que no sienten el menor pudor de afirmar que NO chatean. . En cambio, sí leo en mi porción de establo burocrático durante las horas vacías.

Leo diarios, casi diario. Revistas, seis o siete al mes. Y algunos libros. El año pasado organicé un homenaje privado a Lawrence Durrell. Leí de corrido El cuarteto de Alejandría y El quinteto de Avignon. Un trimestre espléndido.

Con el paso del tiempo, he incrementado mis modos de lectura.

Durante el camino a la oficina, escucho algún audiolibro o leo. Hago lo mismo a la hora de la comida, ya que al menos dos veces por semana como solo. Las librerías de viejo siempre tienen libros magníficos a 5 o 10 pesos (menos de un dólar), que no me preocupa demasiado que se maltraten un poco en este ajetreo. Sólo tengo algunos libros sobre el escritorio. Pero quien lee, 'no está haciendo nada'. La productividad se mide en horas pantalla.

Por ello, más que ostentar un volumen en las manos, bajo PDF's o archivos de texto de Gutenberg que transformo a RTF para leerlos.

Así me inventé un curso respecto a The Woman in White, The Moonstone, Armadale, y Hide junto con The Dead Alive de Wilkie Collins. Costo: el tiempo invertido. El resto, cortesía de la Red.

Sin embargo, uno vive inmerso en sus propias neurosis y la sombras que proyectan. Y como la Hidra, surgen de las tinieblas cabezas de amenazadoras fauces. Es difícil concentrarse con el rumor de conversaciones de una oficina, los bocinazos en la avenida saturada de autos y las actividades musicales o la propaganda política en la plaza vecina. En algún momento alcancé el límite de mi paciencia con el ruido.

Ante la necesidad, la inventiva. En http://www.feedbooks.com encontré una amplia biblioteca de PDF's. El sitio conecta con Adobe, de modo que es gratuita la plataforma de lectura, Adobe Digital Editions específico para libros electrónicos, tanto en el nuevo formato EDB, como en el usual PDF.

Feedbooks es una biblioteca gratuita, en expansión constante: puede uno colaborar con ella, teniendo en cuenta sólo los derechos de autor. El sitio invita al obsequio de ediciones preparadas por los lectores, formados en PDF con libros del dominio público o de propia autoría. Feedbooks tiene libros en diversos idiomas. El Adobe Reader queda dedicado al manejo de formas, volantes y documentos.

Paralelamente, Librivox.org se dedica a difundir una extensa biblioteca de literatura clásica en diversos idiomas. Su única especialidad: los audiolibros. El material tiene un buen nivel de calidad. Muchos de sus títulos y autores coinciden con los de Feedbooks, de modo que se puede organizar una lectura en iPod o en reproductores de MP3 o Itunes de Apple que se puede seguir con la vista al tiempo que se escucha la obra. Librivox está hecho con base en trabajo de aficionados a la lectura. La mayoría de ellos correctamente leídos.

Esta lectura simultánea es mi nuevo vicio. Aísla del sonido externo, facilita la concentración y se descubre con mayor facilidad el ritmo del lenguaje de una prosa o de la poesía. Para quien lee otros idiomas es un ejercicio de prosodia bastante saludable: ayuda a incrementar la comprensión.

Leídos por actores profesionales, se tiene la opción también de los audiolibros de Audible, un club de lectura de excelencia. La cuota mensual es de alrededor de 14 dólares americanos, con derecho a uno o dos títulos, y puntaje para obtener obras gratis. El Ulysses de Joyce en publicación de Audible es uno de los títulos que más me han llamado la atención. Y me ha dado gusto encontrar obras de autores mexicanos contemporáneos en su catálogo.

Los métodos y formas de lectura de este siglo, descubro, se han convertido en opciones accesibles: sorprendentes y de bajo costo. Son además un entretenimiento magnífico cuando uno no tiene ganas de hacer nada.


1 comentario:

pispiration dijo...

Hola Bernardo.

Gracias por los tips, aunque en los links te falta una E, pues como se ve en la imagen del final, el nombre del sitio es feedbooks, no fedbooks.

Saludos