viernes, 24 de abril de 2009

Pandemia o epidemia...


No importa el nombre. 


Recuerdo el Diario del año de la peste de Daniel Defoe y pienso que lo que dicen ahora y lo que no dicen ya esta dicho, vivido y escrito por la humanidad. Estamos en emergencia nacional, dijeron a noche los encargados de salud del país. 

Hoy la ciudad está sorprendida y asustada.

Hoy no hubo escuelas. Y si bien se está programando que la ciudad tenga un mínimo de contacto social en espacios públicos o comunes, tenemos que trabajar como si no pasara nada. Aunque uno piensa: ¿explotará o no explotará la progresión mortal? Y uno quisiera estar cerca de los suyos.

De mi familia, mi hermano el menor está ya en cama.

¿Los hechos? Desde ayer e supendieron y recomendaron suspender una serie de actividadesen el país ante la posibilidad de que prolifere un brote de influenza, un virus poderoso porcino/aviar en su origen. Hoy los diarios se han dedicado a multiplicar la información. Y la gente a dejarse empapar de inquietud y de cierta sicosis. En el metro, en Lázaro Cárdenas, en avenida Madero mucha gente usaba tapabocas. Al día de  hoy se sabe de 20 defunciones.

Me recordaron a los chinos durante los meses de la gripe aviar, hace algunos años...

Otros jóvenes en Palma y 5 de mayo se abrían paso entre la multitud simulando series de estornudos... Lo sé por experiencia: la mayoría de los jóvenes son inmortales.

En la oficina me comentaron que en las farmacias del centro de la ciudad se habían terminado los tapabocas. 

En los baños hay pegados una serie de medidas de higiene y profilaxis que leen con atención los usuarios.

Para quien no tiene información, esta sería una primera liga:

Mi jefe nos ha encargado una serie de escenarios posibles en el área educativa. 

Ciertamente se molestó cuando le dije que sólo debíamos encargar a los chavos de las escuelas que nos entierren a los viejos...

No sabe que la mayoría de los jóvenes son inmortales.