sábado, 5 de agosto de 2006

Sexy

Agosto. Mitad del verano. Hay días cuando la lluvia permanece quince minutos. Durante otros, coquetea con la eternidad.

Quien esto escribe es un hombre curioso , a quien le gustaría ser más cínico que escéptico. Tal vez por ello leo periódicos, diarios, revistas... eso.

Leyendo, me doy cuenta que parte de la moda es firmar un desplegado. Tomar partido. Estar en la firma es estar en la foto. Desde las elecciones hasta hoy, ya nadie sabe que sucedió. Frágil es la memoria, como un cristal de Bohemia. Por suerte, la red, la Internet, o como se diga es un pálido y plano reflejo de la vida. Ahí está, al alcance de los buscadores.

En mi insomnio, larga vigilia, contemplo. Todos tienen bando. Todos tenemos intereses. El resto no importa.

La fiesta terminó, quiero decir. Pero nadie escucha.

La sordera, la desmemoria y esas pérdidas, son una inmencionada herencia.

Antes nada pasaba. Ahora ocurre todo.

Fin de fiesta.

No hay situación más triste que pensar ahora que los intelectuales piensan.

¿Para qué?

Sólo para estar. Sólo para el olvido. Suena muy sexy.

Lástima.

Juego solo. Y veo la sangre tiñendo el pie de la pirámide.

Extraña sensación. Desangrarse, Así, sin número, sin nombre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oye Maese Bernardo!!! ya te leí en alforja lo qaue dices de Bonifaz, muy bueno. Tu espacio en la red es muy agradable magister, te recuerdo super chido y extraño la poca polémica que me dejabas hacer.
Un abrazo fraterno por lo que eres y lo que representas.
Marcos García C

Anónimo dijo...

No hay sangre. Solo hay el arrullo electromecanizadordetelevisióndominical de los anunciantes y los políticos... los de siempre, los que no existen...