viernes, 8 de enero de 2010

Manuel Felguérez en la vieja Aduana de la ciudad



EN LA CRUJÍA JOLIE, o mi oficina, si se trata de que suene más elegante, lo que no le quita su caracter de reclusorio, se cocinan parte de las fiestas del bicentenario de la Independencia, lo que es una demostración magnífica de que se puede celebrar aún cuando no haya motivos para hacerlo. Pero en la crujía se respetan las tradiciones. Puntualmente, o lo más puntualmente, cuando la campana de la iglesia de Santo Domingo tañe las 12 del mediodía, los internos salimos a tomar el sol o la lluvia o el aire, tout simplement. Es la hora del primer cigarrillo. Tradición que se respeta como una oración colectiva. Ago así como el angelus del enfisema, por decir algo.

Desde hace un mes, observamos, desde el corredor central, que en el pasillo sur, el del lado de Luis González Obregón, comenzaron a destrozar parte del techo y la pared. O reparaciones. Lo cual no es cierto, imagino que hicieron algo que en lenguaje oficial ha de decirse 'rehabilitación del muro interior sur de la exaduana', a lo que en el más puro lenguaje mexicano llamamos romperle toda la madre al edificio. Por suerte esta es mi opinión de lego, ya que a mí ni me preguntaron, ni soy del INAH y tengo claro que bla, bla, bla.

El caso es que el paisaje de la hora de las tradiciones ha cambiado, como puede apreciarse en la fotografía superior. Y hace un mes nadie sabía nada hasta que le pregunté a mi empleador 'qué onda con eso', en mi más puro lenguaje coloquial y contextual. Y él respondió con precisión: "Bastidor para un Felguérez". No mintió.

Puntualmente, a la hora de las tradiciones salíamos don Osito, Roger y el de la cámara a cumplir con el ritual cotidiano, cuando el Oso dijo: "He ahí a Felguérez". Fue entonces cuando tomé la placa. Bueno, la imagen. Hela ahí. Y después, fumamos. Ya de regreso coincidimos con el ilustre zacatecano en el pasillo que da a la escalera. "¿Le puedo tomar una foto con la competencia al fondo, maestro?", le dije después de felicitarlo, como saludo. Y ahí posó.

Lo comparto.

2 comentarios:

María Tabares dijo...

Hola maestro querido. Un abrazo para ti como un barco cargado de salud dinero arte amores licores naturaleza libros y yo.

¡Feliz año!

María Tabares

Anónimo dijo...

Maestro t-shirt usted es un labrador de la ironía, la fija y la pule, maestro, yo le deseo lo mejor a usted y su familia, volveremos a conversar, casi lo doy por hecho.

Marcos García Caballero