domingo, 26 de septiembre de 2004

El primer cadáver

Recuerdo con claridad mi primer muerto. Y no con tanta claridad mi primer beso...

TENÍA YO alrededor de 4 años e iba al supermercado a unas cuantas cuadras (id est manzanas) de la casa: la distancia que hay en esta ciudad de la avenida Chapultepec a la calle de Oaxaca, bajando por la calle de Valladolid en la colonia Roma. Se atraviesan: Tokio, Puebla, Sinaloa, Durango y se llega a destino. En el cruce de Oaxaca y Tabasco, donde estaba en 1957 el primer Sumesa.

Iba una tarde acompañando a mi madre, cuando vimos un grupo de gente en la esquina de Durango y Valladolid, Era un atardecer luninoso a medio verano. Una tarde tibia y con sol, reverberaban en el camellón de Durango las hojas de los truenos y apenas se sentía una leve brisa que atenuaba el calor. Ahí estaba el muerto, en la acera, frente al camellón, frente al lugar donde se construiría El Palacio de Hierro dos o tres años después.

El hombre, un viejo mendigo de facciones indígenas, no acababa de morir, entendí. Estaba de lado, ya le habían cerrado los ojos, y sólo una pequeña hemorragia indicaba que había perdido el sentido, se había golpeado y había muerto. Su rostro estaba en paz. Un policía velaba el cadáver en espera del ministerio público. Todos los vecinos sabíamos que era limosnero, que era esa su esquina e ignorábamos donde vivía o sobrevivía.

Ahora, lo impensable hoy. Junto a él habían colocado su dinero, varias columnas de monedas de cobre de diverso valor. Monedas de curso viejo. El muerto tenía el color de las monedas. No le habían cubierto el rostro.

Al llegar a la casa mi madre tomó una sábana y le pidió a la sirvienta la llevara para cubrirlo. El México de hace cincuenta años en poco se parece al moderno.

Esas monedas. Ese muerto. El policía vigilante. La tarde. Son mi primer muerto, frente a lo que es hoy El Palacio de Hierro.

No tuve pesadillas esa noche ni las siguientes.

El miedo a los muertos lo tuve después. La mañana que me llevaron a San Ángel. Al museo del Carmen y vi los rostros y los cuerpos de muertos devorados por la muerte: las momias del Convento. Pasó mucho tiempo para que aprendiera a deshacerme de ese horror.



2 comentarios:

carlarojasz | artifier dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
carlarojasz | artifier dijo...

(0o0ops... pensé q había publicado en el post equivocado, pero no... estaba bien.. así que va de nuevo)

Hey... pues encontré esta página desde el site de Alberto Chimal y me ha llamado la atención como no tienes idea este post.

Parece que padezco de lo mismo (por llamarle de alguna manera)

Hilándolo con el post inferior, recuerdo dos incidentes... ambos con mis primeros muertos.

El primer primer muerto que ví, fue a mi tío Pancho... todo mundo decía, "el tío Pancho esto, y el tío Pancho aquello", como recordando lo que había hecho durante su vida, mientras yo jugaba con mis primos a los lados de la caja mortuoria.

Al ver que todos lloraban y se asomaban a la caja le extendí los brazos a mi mamá y ella me acercó al tío.
La impresión fue tremeneda cuando ví los tapones en sus fosas nasales... y ese color más que blanco, amoratado en su piel.

Aún hoy, 15 años después sigo recordando el incidente sin poder recordar cómo es que en verdad era el tío, y sintiendo que es inapropiado que los no cercanos echen un vistazo al féretro... y aún a mí, me da cierto temor asomarme a la caja fúnebre.

Mi otro primer muerto lo encontré una tarde a la vuelta de mi casa.
Un carro había hecho volar a aquel señor de impresionantes dimensiones... y tal fue el impacto, que días después, pasando por aquel lugar, una vecina nos dijo que pusiéramos atención al fondo del patio de una casa enconstrucción y nos señaló con su dedo más precisamente el lugar....

Lo que su dedo indicaba era nada más y nada menos que uno de los pies del señor del accidente...

Caminamos y ´traté de continuar lo más normal posible, pero en verdad llevaba la piel totalmente pálida...

En fin... creo que este fue un mensaje un poco largo pero bueno....

Definitivamente visitaré este site!
Au revoir!