¿Cómo fue su primer muerto?
Crímenes en serie
EN LA TRADICIÓN mexicana, el primer muerto nunca se olvida. Tal vez los demás sí. Creen. Pero lo dudo. Lo manifiestan las evidencias: los souvenirs de los asesinos seriales, la gran aportación del siglo XX al mundo.
No se describe con ellos a Pol Pot o a Hitler, sino al hombre o mujer que destacan en la sociedad por infligir la muerte a diestra y siniestra en diversas comunidades. La mayoría de estos criminales recuerdan a todas y cada una de sus víctimas. Las grandes editoriales, las televisoras y los diarios junto con algunas productoras cinematográficas tendrían menos capital sin algunos de estos emprendedores sujetos.
Tal vez lo deslumbrante de sus actos se debe a la iniciativa por crear una metodología propia del crimen. Tanto Goyo Cárdenas, como las Poquianchis deben estar considerados en el museo de los crimenes seriales de México. Ellos son los pioneros. Un hombre y dos hermanas. Todos fueron capturados.
Desde 1992, hasta la fecha, han muerto en Ciudad Juárez, Chihuahua, en la frontera norte de México, más de 320 mujeres asesinadas. En este caso no debe hablarse de un criminal en serie, sino de toda una sociedad la que es cómplice de este crimen contra la humanidad.
No se describe con ellos a Pol Pot o a Hitler, sino al hombre o mujer que destacan en la sociedad por infligir la muerte a diestra y siniestra en diversas comunidades. La mayoría de estos criminales recuerdan a todas y cada una de sus víctimas. Las grandes editoriales, las televisoras y los diarios junto con algunas productoras cinematográficas tendrían menos capital sin algunos de estos emprendedores sujetos.
Tal vez lo deslumbrante de sus actos se debe a la iniciativa por crear una metodología propia del crimen. Tanto Goyo Cárdenas, como las Poquianchis deben estar considerados en el museo de los crimenes seriales de México. Ellos son los pioneros. Un hombre y dos hermanas. Todos fueron capturados.
Desde 1992, hasta la fecha, han muerto en Ciudad Juárez, Chihuahua, en la frontera norte de México, más de 320 mujeres asesinadas. En este caso no debe hablarse de un criminal en serie, sino de toda una sociedad la que es cómplice de este crimen contra la humanidad.
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