martes, 16 de junio de 2009

jueves, 4 de junio de 2009

Después de mí, el diluvio



COMO SALIDOS  DE UNA PESADILLA  o del fondo de la caja de Pandora son los dimes y diretes que se han soltado en la SOGEM. Nunca se previó el final tan vertiginoso del sueño de José María Fernández Unsaín. Al hacer el recuento de los acontecimientos de los últimos diez años, es fácil ver cómo una sociedad autoral tan poderosa perdió lo más distinguido de sus miembros en un breve periodo y con ello la capacidad de reflexionar, criticarse y sumar aciertos. 

Se habla hoy de una nueva SOGEM que sólo es una caricatura de su pasado, donde el personal manda y los directivos obedecen. Y el tiempo mostrará que perdió el paso en unos cuantos años sólo por el descuido de sus propios miembros. Lástima por una sociedad que llegó incluso a emitir su voto por la candidatura del Premio Nobel en Literatura durante varios lustros, y que fue un freno a la voracidad del Copyright; así como la impulsora de la vocación de muchas nuevas voces. La voy a extrañar mucho en mi recuerdo.