sábado, 23 de agosto de 2008

Cientos de años en breve espacio


Leonel Maciel, B. R., René Avilés Fabila, Dionicio Morales

EL AZAR TIENE ROSTRO DE UNA TARDE EN LA CALLE Gante de la noble y leal Ciudad de México, cuando viejos amigos se encuentran, sin cita previa, en una urbe donde más de diez millones de habitantes se cruzan indiferentes de sus diversos destinos. De alguno de ellos es su onomástico; de otro, la hora previa al regreso a su ciudad; de otro, los minutos que anteceden su trabajo; del restante, el fin de la jornada de trabajo. El tiempo, para ellos, pareciera detenerse.

Son extraños los cruces de caminos. Los años, y el hallazgo de breves momentos de felicidad.

martes, 12 de agosto de 2008

Que nada perdure en SOGEM

árbol en Polanco

QUE NADA PERDURE, parece ser la consigna. Que nada quede, sólo el hoy y el ahora nos importan.

Cuando se leían las tesis de Fujiyama hace casi 20 años, se distinguían los bárbaros, en la lejanía, ciertamente. (Un poco como ese relato impecable de J.G. Ballard, "Las flores del tiempo", donde la pareja del último palacio desgrana los capullos, postreros capullos de las flores que devolvían el tiempo cuando las hordas de la destrucción --inmensas, numerosísimas-- amenazaban con arrasar su refugio. . .).

La caída de las hojas y las muertes se han sumado y multiplicado con los años y ahora puede hacerse con prontitud la lista de los grandes autores vivos que no han encontrado reemplazo. Algunos nombres asoman, pero no bastan. Perdimos nombradía.

En los recientes once años he visto cómo la SOGEM comenzó a diluirse a causa de una serie de malas decisiones de sus socios. Y el común temor a instrumentar decisiones de tajo. Por otra parte, la indolencia de los propios miembros por discutir en común sus dudas, ideas y diferencias.
Tal vez el directo camino hacia la sima se perfeccionó cuando las elecciones de los Consejeros se convirtieron en una serie de complicidades íntimas, en un juego de simpatías, y se olvidó el análisis de las capacidades que se requerían para conducir una Sociedad que ha sido golpeada por las leyes en contra de los creadores y a favor de otros mercados; la impericia administrativa; y criticables alianzas con facciones políticas --por citar algunas causas.

A unos días de la muerte de Rascón Banda, cuya última gestión fue una larga agonía, llega la convocatoria para elecciones de presidente de la SOGEM el próximo 25 agosto.

Curiosamente, ayer en la noche hubo una asamblea extraordinaria convocada para ratificar consejeros sustitutos. Reunión cuya ilegalidad es patente para quien conozca el Estatuto de la agrupación: si hay titulares en el puesto, los sustitutos no necesitan una ratificación urgente fuera de las fechas establecidas por las reglas que dan orden a la Sociedad.

¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? ¿Para qué arriesgar el orden aprobado? ¿Para qué provocar disensiones?

Hablaré del caso de la Rama de Literatura concretamente. A mi renuncia al puesto, la consejera sustituta Mónica Brozon asumió la titularidad del puesto. Para eso sirve el cargo. Nadie consideró que urgiera durante once o doce meses nombrar sustituto. Hasta hace un mes... Lo cual es asunto interno de la Rama. Y si bien ni me enteraron de la reunión de Rama, se actuó como a costumbre. Nada que objetar. Lo obvio era que en enero de 2009, se informara a la Asamblea formalmente del hecho en los Asuntos generales de la Reunión Ordinaria; y si no había objeción, se procediera a declarar ratificado el nombramiento de Gerardo de la Torre. Santo remedio.

En fin, en la página de SOGEM, en Internet, ni siquiera se da crédito a los Consejeros (Directores de rama), ni se comenta qué clase de bichos son. Lo cual es grave en la actualidad, porque a Tomás Urtusástegui lo conocen en los teatros (y se supone que el quedó de interino) y de los demás consejeros, no se sabe nada.

Soy de los que emplean las "alertas" (noticias específicas) de Google. La alerta "Sogem" durante los últimos días sólo ha mostrado pésames y condolencias. Lo demás es silencio. Y es grave.

¿Quiénes van a postularse para la Presidencia? No hay nada en claro. Ciertamente la mayoría de los votos los concentra la rama de Televisión, cuyos consejeros tienen su extensión en los de Radio; o sea, son harina del mismo costal. De modo que no es difícil predecir que el sucesor de Rascón será para cuidar los intereses de las televisoras y no mucho los de los creadores. Al tiempo.

De modo que Cine, teatro y literatura deben preocuparse. O bien, discutir con amplitud con sus colegas de televisión los escenarios futuros: ante la perspectiva de leyes que perjudiquen el ingreso de los creadores (de esas que le salen tan bonitas a la SHCP y a Carstensen), ¿quién puede ser un contrapeso en el diálogo con los legisladores, gobernadores y políticos? ¿Quién tiene una real capacidad administrativa y apego al trabajo de oficina? ¿Quién mantendrá una buena relación con las sociedades autorales hermanas? ¿Quién defenderá al cine mexicano de las distribuidoras y protegerá a los guionistas? ¿Quién puede propiciar un mayor impulso de los creadores teatrales mexicanos y negociar espacios para este arte y defender los propios? ¿Quién llevará la fiesta en paz con los creadores nacionales y mantendrá óptimas relaciones con los de otros países que recibimos en intercambio?, etc.

Esas son algunas de las capacidades que debe tener el próximo presidente de la Sociedad, junto con algunas otras. Y, claro, algún defecto para que sea humano. Y Socio A, claro.

Si no, la escena de Ballard en "Las flores del tiempo" será nuestro destino. Nada perdurará.